Cuando se efectúa el golpe mortal del bárbaro que vence a la criatura, ésta pierde el equilibrio cayendo hacia atrás. En su caída veis como se funde con el suelo hasta desaparecer.
Más tarde, cuando decidis ver la caja, os dáis cuenta que dentro hay dinero. Pensais que éste será una recompensa a vuestros esfuerzos. Después de sacar el dinero de la caja, ésta se consume en vuestras manos y desaparece.
Mientras estáis mirando el botín ganado, os dáis cuenta que hay varios guardias que parecen pertenecer a los que habían conquistado Avenalia, la ciudad Avariel. Os miran con temor en sus rostros, y sin atreverse a desenfundar las armas, huyen acelerando el paso cada vez más, hacia el centro del pueblo. Al poco los podéis ver huyendo en caballos.
Con cara de sorpresa en vuestras caras, decidís volver a la ciudad de los cielos a reconquistarla. Os teleportáis, gracias al poder del teúrgo místico de Cygnus, en medio de la plaza central de la ciudad. Cuando aparecéis, ocho guardias enviados por Drako Blackhead os sorprenden con sus armas. Uno de ellos, que se diferencia únicamente por una media capa, se acerca preguntando: “¿Quiénes sois? Dejad las armas”. Pero para vuestra sorpresa, se os queda mirando, como si reconociese algo que no le gusta, y con temor deja caer su espada y sale corriendo gritando “¡Aarg, han matado al demonio negro!”. Los demás guardias se quedan mirándose entre sí con cara de sorpresa, cruzan los hombros y dejan caer las armas, diciendo: “Nos rendimos”.
Dejáis a los guardias en las mazmorras de la gran mansión, que sirve como castillo del señor de la ciudad. Cuando acabáis, os dirigís a las cuevas dónde se encuentran los refugiados. Os dáis cuenta a vuestro paso que la ciudad está desierta, y los pocos guardias que encontráis están buscando alguna manera de huir. Cuando llegais al refugio, os importunan con caras de desesperación, esperando una noticia. Drilamn Laumax, vuestro líder, se adelanta, y da la noticia: “Parece que hemos vencido, los guardias están huyendo”. Al escuchar éstas palabras, algunas mujeres rompen a llorar de alegría, y todos gritan de júbilo. Algunos deciden marchar a sus casas rápido, pero los más inteligentes alientan a la paciencia y deciden enviar a unos cuantos exploradores a sobrevolar la ciudad. Éstos vuelven rápido, diciendo que los pocos guardias que quedaban se han marchado.
Todos salís fuera, y los elfos alados deciden volver a sus casas, a intentar recuperar todo lo perdido. No sin antes daros palabras de agradecimiento y ofreceros que os quedéis en sus casas a dormir, y a pasar el tiempo que necesitéis.
Deepshield (el Paladín de Cygnus) os mira con aprobación por vuestros actos: “El Señor de las Aves Marinas os recompensará por esto”. Tras esto decide volverse al refugio junto a su hijo a ayudar al sabio avariel a intentar reforzar de alguna manera el Mythalar, de forma que pueda dar protección otra vez a la ciudad. Rastling el Gnomo no va con ellos, en lugar de eso, se dedica a darles juguetes a los niños para que se diviertan, y desaparece entre los avariel diciendo: “Vamos, que aquí hay mucho que hacer”….
Durante las siguientes semanas, la ciudad estará en reconstrucción, así que teneis tiempo para hacer cosas. Os contestaré cada día o como mucho cada dos días. Así que podéis actuar todo lo que queráis. Si investigáis, por ejemplo, decidme si buscáis hasta que encontréis o durante un tiempo, para yo poder responderos si encontrais algo o no. No os metais en 50 búsquedas ni acciones porque de esa manera no acabareis ninguna. Centraros en lo importante.
Y ya sabéis, cuanto más colaboreis, más PX. No una barbaridad, pero si unos pocos.
Cread cada uno un post con el nombre su pj para escribirme lo que hacéis. Si lo hacéis a escondidas hacedlo en vuestro apartado personal.
Un saludo, Arcalon